Nunca olvidaré la noche que vi por primera vez Star Wars: Episode VII – The Force Awakens, no importa cuanto lo intente. Me recuerdo como si fuera ayer (porque en realidad sí fue ayer) cómo estaba ahí, parado en los pasillos del cine esperando ansiosamente que empiece la proyección. Había llegado una hora antes y ya tenía mi entrada, pero no había tomado en cuenta un detalle: que las personas que saldrían de la tanda anterior a la mía estarían hablando de la película y revelando sus sorpresas.

Sin tiempo que perder, me vi obligado a hacer todo lo posible para no escuchar estos spoilers accidentales. Así que sí fue una noche inolvidable, con las salas del cine repletas de personas alegres por ver este gran espectáculo audiovisual, los fans de diversas generaciones disfrazados de sus personajes favoritos y un loco corriendo por aquellos pasillos con sus manos sobre sus orejas y cantando en voz alta: TA TA, TA TA TA TAAAA TA, TA TA TA TAAAA TA, TA TA TA TAAAAAA!!

De todas formas, pude evitar los spoilers y ver la película, la primera de varias veces que iré a verla en una sala de cine. Definitivamente, esta es una experiencia increíble que le quitará a los fans de la serie el mal sabor que dejaron las precuelas, o mejor dicho, esas tres películas que vamos a olvidar que existen. Star Wars empieza con el episodio IV y este filme se siente como la continuación perfecta a la trilogía original que conquistó al mundo hace más de treinta años.

Lo que más me ha sorprendido de la película es como se nota que sus creadores se preocuparon más por la historia que quieren contar que por cualquier otra cosa. Sí, los efectos son buenos y la acción es tremenda, pero la manera en que manejan la trama y el desarrollo de los personajes es increíble. No hay diálogo desperdiciado, las secuencias de acción son extraordinarias y la inclusión de cada personaje, ya sea nuevo o viejo, tiene sentido dentro de la historia. Mejor aún, logran todo esto sin dejar de ser una película divertida.

Otro punto a favor del Episodio VII es que no solo reintroduce a los personajes clásicos de una manera creíble y en beneficio del desarrollo de la trama, también presenta una nueva generación de individuos frescos, interesantes y divertidos que abren la puerta a nuevos misterios y más aventuras. En otras palabras, este filme respeta a los personajes clásicos a la vez que logra establecer una conexión entre los nuevos integrantes del elenco y el público.

Además, la mezcla de efectos prácticos (mecánicos o físicos) con los efectos generados por computadora es perfecta y visualmente la película es impresionante. Los detalles de que cada mundo, ya sea uno cubierto por desiertos, bosques o nieve, se sienten reales sin que distraigan de los diálogos o la acción.

Personalmente, Star Wars: Episode V – The Empire Strikes Back sigue siendo mi entrega favorita de la saga y este capítulo va en segundo lugar, pero después que lo vea varias veces más eso puede cambiar. Admito que no es perfecto, hay algunos detalles del guión, por ejemplo, que se pudieron trabajar más, pero lo más importante es que se trata de una película entretenida, una gran aventura espacial que divierte y es un regreso a la magia y maravilla del Star Wars de antaño.

Star Wars: Episode VII – The Force Awakens es un regalo de parte del director J.J. Abrams y su equipo para complacer a los fans de antaño y crear una nueva generación de seguidores de una saga que ocurrió en una galaxia muy, muy lejana, hace mucho, mucho tiempo.